Un contrato extraño

Olga Montero y David S. Cabal

Guión Teresa Marcos, Olga Montero y David S. Cabal

Dirección y producción Teresa Marcos

Cámara Teresa Marcos

Edición de Sonido Antonio de Benito

Estudio de Sonido Sonido De Cine

Vestuario Olga Montero y David S. Cabal

Maquillaje Olga Montero

Edición Teresa Marcos y José Valle

Conformado HD Producciones Valle

Subtítulos Lorna Kerr

Diseño Gráfico Think Diseño, Comunicación & +

VIII Festival de Cine Asturianu Mejor actriz, mejor actor y mejor película

28 Festival internacional de cine Cineuropa
35 Semana Internacional de Cine de Autor de Lugo
VIII Festival de Cine Asturianu
Festival nacional de cortos «Avilés Acción»

Me parece increíble cómo con muy poquitos recursos -dos actores, dos locaciones y vos en la cámara- lograste una historia sumamente intensa y con un crescendo de misterio y seducción a la vez. geniales ellos dos y cómo va creciendo su extraño contrato.

Andi Nachón, poeta y guionista.

Teresa Marcos y sus actores nos han regalado un sorpresón. «Un contrato extraño» es una magnífica película. Mínima en sus recursos, está llena de espacios en los que colarnos para emocionarnos y reflexionar al mismo tiempo. No conocía a los actores, que están espléndidos. Si viviéramos en un país vivo y no catatónico, como éste, les lloverían las oportunidades a los tres. Tendrán que seguir remando, pero que no dejen de hacerlo, por favor.

Manuel García Rubio, escritor.

Si quieres hacer cine en Asturias ya te puedes ir olvidando de ayudas públicas que te faciliten las cosas. Coge tu cámara (las nuevas tecnologías permiten hoy lo que hace años era impensable), busca un equipo humano que trabaje por amor al arte (el cine a veces lo es, aunque la cartelera se empeñe en demostrar lo contrario cada viernes), escribe o esboza una historia que te apasione y échate a la calle a rodar. Eso es lo que ha hecho Teresa Marcos; consciente de que el territorio del cortometraje está bien para los que empiezan pero ahoga a los que ya llevan tiempo enlazando planos, y cansada de que sus proyectos para hacer un largo chocaran con el muro de la realidad (en España el cine está cínicamente tuerto, y los culpables son muchos y variados), la cineasta se ha lanzado al sendero abierto por otros directores que a lo largo del tiempo quisieron y pudieron hacer lo que les dio la gana con los bolsillos vacíos y las alforjas llenas de entusiasmo. Pensemos en un John Cassavetes, por ejemplo. Contar una historia y hacerlo ya, sin más esperas ni desesperaciones. Sin medios y con un mensaje valiente. Un contrato extraño es una historia de soledades afines, de extraños cercanos, de miradas que esconden intimidades maltrechas e insinúan heridas mal curadas. Dos seres muy humanos y una cámara que no les pierde de vista mientras (d)escriben sin palabras impuestas la historia de sus vidas en el alambre.

Tino Pertierra, escritor y periodista.

Hace falta mucha arrogancia para crear, para hacer pelis, teatro o novelas sin dudar por un momento que aquello que tú cuentas, tan tuyo, merece ser contado y tú mereces el privilegio de contarlo. Y sé, por experiencia propia, que, al pasar eso que tú has hecho, donde has desnudado tu alma, a dominio público, sientes un tremendo pudor. Más aún cuando ya sabes aquello en que has fallado, aquello que querías mejor y no has logrado. Pero ese pudor o vergüenza hay que comérselo con patatas.

La peli está muy bien y el sonido mal, de acuerdo. Pero más o menos se entiende todo (incluso con un oído disminuido por la edad, como el mío). Los intérpretes están fenómeno y, ambos, muy atractivos. Están tensos, forzosamente lo tienen que estar por la presencia insidiosa de la cámara, pero esa tensión se funde con la de la situación que están interpretando. Una tensión ayuda a la otra y se convierte en tensión narrativa, siempre les está pasando algo o está a punto de pasarles; el espectador posible quiere seguir viendo porque la tensión promete que van a pasar cosas; el elástico se afloja, se atiranta, vuelve a relajarse para tensarse de nuevo, las cosas tardan en pasar, pero finalmente pasan.

Es una película muy valiente, de verdad. Los tres sois muy valientes.

Me gustaría saber si el trozo en negro (con estupendo sonido) estaba previsto, te lo encontraste por el camino o sustituye a algo que no pudiste rodar o quedó mal y considerabas imprescindible. En cualquier caso, es una excelente idea.

Javier Maqua, escritor y director de cine.

En Un contrato extraño, su primer largometraje, fechado en 2012 y de estreno ahora (merced a la colaboración de la Filmoteca de Asturias con Tribuna Ciudadana), la heroica cineasta asturiana Teresa Marcos nos ofrece, durante sesenta minutos, una historia íntima rodada experimentalmente en Oviedo y en el Palacio de Agüera (Grado), con sólo un par de interpretes naturales muy bien elegidos por ella: Olga Montero y David S. Cabal.

Y es que, en palabras de la propia Teresa Marcos, “Olga y David no son actores profesionales, no se conocían con anterioridad y se les pidió que improvisaran sobre unas escuetas indicaciones. De modo que, como sus propias vidas son la materia prima con la que improvisaron sus diálogos y construyeron sus personajes, ambos a la vez vienen a ser conmigo autores del guión definitivo de Un contrato extraño”.

Teresa Marcos (candidata en su día a los Premios Goya) en consecuencia, a mi modo de ver, muestra una valentía admirable aquí, al lanzarse a producir, fotografiar (con la colaboración eficaz de José Valle a la hora de compaginar semejantes imágenes) y dirigir (porque se lo pedía el cuerpo) Un contrato extraño, obra (llevada a cabo con gran sentido y sensibilidad) situada nada menos que en medio de la imperceptible línea que separa en una trama la ficción de la realidad. Algo de sumo interés, a los efectos, que contiene oportunas referencias al aplaudido cine del iraní Abbas Kiarostami o lo que el profesor catalán R. Gubern suele llamar “reminiscencias autobiográficas”, en la base.

Juan Bonifacio Lorenzo Benavente, director de la Filmoteca de Asturias.

He visto detenidamente y con mucho gusto tu CONTRATO EXTRAÑO. Y me gustó esta extraña relación de dos personas en principio tan distintas pero que tienen tanta soledad y tanto dolor en común, aunque él lo transparente menos. Me gusta como se mueve la cámara y la planificación. Me recuerda los mundos de la “nouvelle vague”, aunque sea una película muy asturiana. Me gusta la recreación de los espacios, como colocas los personajes en el medio en que se mueven. Quizás en el guión pediría que las sorpresas fueran más contundentes pero en general me ha resultado una peli muy válida y con una cierta elegancia no fácil de encontrar en el cine español.

Miguel Losada, crítico y director de la sección de cine del Ateneo de Madrid.